miércoles, 23 de febrero de 2011

In my memory

Hace tiempo que no está. Se ha acostumbrado a su ausencia. Ya no hay nadie que le haga cosquillas sólo para verla sonreír. Ya nadie le lee cuentos por las noches. Esos abrazos nunca los recuperará. Pero aún recuerda su voz, y cómo sonaba su nombre en sus labios, o ese "chiquitina, despierta" por las mañanas. Aunque ahora pocas veces piensa en esto. De eso hace ya muchos años, y queda muy poco de la niña que era. Sólo los recuerdos.
Se mira en el espejo. Sus ojos se volvieron tristes, y por mucho que sonría, ellos no transmiten esa alegría. Se escuda constantemente tras la risa, y no es que la finja, es que desde entonces valora la vida mucho más, y cada mínimo detalle.
Pero últimamente la recuerda mucho, quizá porque se da cuenta de que necesita su apoyo en el paso de la adolescencia a la madurez. Le gustaría saber qué consejos le habría dado, y si estaría orgullosa de ella. Aún así es una chica positiva que sabe verle el lado bueno a todas las cosas.
Hoy ha ido a visitarla, pero no es lo mismo hablarle a una pared. Siente que esa no es ella, que sólo es una foto que la contempla sonriente, mientras que por sus mejillas caen lágrimas que parecen sangrar de sus ojos. Duelen. Detrás de esa losa ya no debe haber nada. Ella desapareció. La dejó sin despedirse. Le diría muchas cosas, pero se siente ridícula. En realidad no ha ido a verla. Le hace mucho daño enfrentarse a la realidad, y ese momento es demasiado íntimo como para que nadie se atreva a entrometerse. Prefiere visualizarla en su memoria, de carne y hueso, con su sonrisa real, y no ver una de papel. No quiere llorar, no le gusta llorar. Y le gustaría que existiera dios, para estar segura de que ella está ahora mismo en ese lugar en el que tanto creía. Que su devoción no fue en vano. Así podría verla desde ahí arriba, y casi podía verla sonriendo entre las nubes. Y así estaría feliz, junto con él, que también la había querido mucho, pero de otra forma, a su manera. Que se le notaba en los ojos que no la cambiaría por nada en el mundo, que su corazón era entero para ella. A él también fue a visitarlo, también en su mente. Se los imaginó a los dos juntos, cogidos de la mano, sonriéndole desde arriba, con esa sonrisa que había sido su única herencia.
                                                                                                              Inma * (click)
                                                               
                                                    Quiero escarbar la tierra con los dientes,
                                                       quiero apartar la tierra parte a parte
                                                          a dentelladas secas y calientes.
                                                   Quiero minar la tierra hasta encontrarte
                                                             y besarte la noble calavera
                                                         y desamordazarte y regresarte.
                                                                           Elegía - Miguel Hernández

2 comentarios:

  1. Hola, Inma!
    Me encanta como escribes y creo que esta entrada es una de mis favoritas :D
    Gracias por pasarte por mi blog, intento no hacerme muchas ilusiones porque luego, si algo sale mal, no quiero sufrir, pero a veces puede que sea mejor arriesgarse. Si no lo intento nunca sabré si podría haber ocurrido algo... No quiero pasarme toda la vida diciendo y si... y si...
    Besos!

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  2. Diooos! me has hecho llorar y todo con tu entrada, escribes genial y transmites mucho la verdad me ha gustado mucho! me hare seguidora para poder leer mas textos tuyos :)
    muchisimas gracias por el comentario, pasate cuando quieras.
    xoxo

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