Sí, la odio. Odio ver cómo te atrapa, cómo se inmiscuye entre nosotros. Odio sentir que nos mira, sus celos hacia mí. Y todavía odio más el ver que lo consigue, que por mucho que digas te acercas a ella, que crees sus verdades a medias y que te tragas su falsa madurez. Odio el hecho de ser yo la que ahora siente celos, que ya no me basta con tus mimos de siempre, y que necesito que me demuestres más, mucho más que a ella, para remarcar esa línea que la separa de mí, porque últimamente se está difuminando. Odio su risa tan exagerada. ¡Dios! Detesto que bromees con ella, que te rías de sus chistes infantiles y que nadie la vea como realmente es. Hace crecer mi inseguridad y lo sabe, y eso hace que todavía se enorgullezca más. Y la odio tanto... pero me falta el valor de decírtelo, por si acabas escogiéndola a ella.
jajajaj a
ResponderEliminarda que pensAR.....
moooola^^ aunque ya lo sabes
Por miedo a lo que pase todos nos callamos muchas cosas...
ResponderEliminarmuchas gracias por pasarte :)
xoxo