viernes, 26 de agosto de 2011

Alone

Esta entrada es un texto que envié al concurso de un blog. No hubo suerte, pero espero que os guste. Quizá sea algo largo, pero me gustaría mucho que lo leyerais y me dierais vuestra opinión. Gracias de antemano :)


Corría sin cesar, aplastando las hojas secas con fuerza y rabia, como si con ello tratase de expulsar todos esos sentimientos de mi mente, borrar cada una de las palabras pronunciadas unos minutos antes.
No volví la vista atrás ni una sola vez, el sonido de las pisadas ya se había alejado. Sin embargo, no podía detener mi carrera, quería alejarme lo máximo posible de aquel demonio tan hermoso, tan bello, aquel ser al que había amado y ahora despreciaba.
-Siento tanto que esto acabe así…
-…
-Me resulta muy duro decirte esto, pero…
-…
-…lo lamento, ya no siento lo mismo por ti.
-…
En ese instante me giré y comencé a correr, enfilé la calle, que estaba totalmente desierta, e hice caso omiso de sus gritos y llamadas. ¿Para qué me quería ya? Cada vez que oía mi nombre salir de sus labios el corazón se me encogía, y con cada apretón sentía un inmenso dolor. Qué importaba el frío. Qué importaba el cansancio. El dolor físico no era comparable al emocional. De repente me vi tendida en el suelo, con las rodillas clavadas en él. Un aspersor sobresalía tímidamente, y yo no lo había visto. Intenté incorporarme, pero los brazos me fallaron, y di de bruces contra el suelo. Me encontraba muy débil. Cambié mi postura y quedé boca arriba, contemplando el cielo gris. Anochecía, y los truenos lejanos avecinaban tormenta. Comencé a llorar casi a la vez que el cielo. Mis lágrimas se confundían con las gotas de lluvia. Lloraba ruidosamente, se podría decir que de forma escandalosa. Mi cuerpo se encogía y estiraba con cada convulsión, y el pelo se me pegaba a la cara, arañándome los ojos, que, aún así, mantenía cerrados. El diluvio se incrementaba, pero no me importaba en absoluto. Ojalá y todo se hubiese derrumbado en ese preciso instante, que cayeran rayos, que los edificios se desmoronasen sobre mí, que se hundiese la tierra bajo mi espalda, y me tragara, y así no tuviera que enfrentarme al dolor. ¿Por qué? ¿Por qué había me pasaba esto? ¿Qué había hecho mal? Siempre se lo había dado todo, lo mío era suyo, su felicidad significaba la mía de forma inmediata. Si sufría, yo lo hacía con él, lo único que me preocupaba era que fuese feliz, para mí eso era más necesario que respirar. Y ahora, ¿qué me quedaba? Sí, ¿qué tenía? La ropa llena de barro y las rodillas raspadas. Y mucha falta de oxígeno.
Casi gritaba. Mis manos agarraban la hierba empapada desesperadamente, hundí mis dedos en la tierra tratando de aferrarme a algo, algo sólido que me mantuviese unida a la vida, algo que no pudiera esfumarse. Pero esos hierbajos tampoco me acompañarían para siempre. Todo se acaba. Mi vida, tarde o temprano, tiene que acabar. ¿Y qué importa si es un poco antes de tiempo? ¿Quién no me dice que, diez minutos después, no me va a caer una teja en la cabeza, o me atropellará un autobús? Quizá sea mejor ponerle las cosas fáciles al destino. Todo se acaba. Todo pasa. Sí, todo pasa. Pero deja las huellas de ese paso. Un vacío, un abismo por el que precipitarme.
-¡OH, MIERDA!
Me incorporé llena de furia, golpeándome los muslos con los puños bien apretados. Me hacía daño, pero de alguna forma ese dolor me reconfortaba. No dejaba de llover. Me aparté el pelo de la cara, y, como una niña pequeña, apoyé la frente en las rodillas, abrazándome las piernas, balanceándome adelante y atrás, tratando de calmarme.
Sola.
Así estuve un buen rato, hasta que apareció el agotamiento. Tenía mucho sueño, pero no tenía fuerzas ni para levantarme. Nadie vino preocupado preguntándome qué me pasaba. A nadie le importaban mis lágrimas quemándome las mejillas. No había nadie en esa maldita calle. Y él… a él le fueron suficientes unos cuantos pasos tras de mí para convencerse a sí mismo de que se había preocupado. Que había hecho todo lo posible. ¿Qué le importaba? Ahora era feliz. Lo que a mí me desgarraba las entrañas, a él se le antojaba un bálsamo que le aportaría la alegría que yo no había sabido darle. Mientras, todo a mi alrededor era en blanco y negro.
Sola.
Ni una sola persona a la que contarle lo que me ocurría, ni un solo hombro en el llorar. Mis únicos amigos eran el viento y la lluvia, que traían con ellos la soledad, la calma, la paz que necesitaba. Nunca más volvería a confiar en las personas. Ellas te traicionan, se aprovechan de ti, y luego te dejan deshecha en medio de la nada. Sólo tú misma eres capaz de entenderte. Sólo tú eres suficiente. Suficiente para vivir. Suficiente para morir. Suficiente para soñar. Para llorar. Para reír. ¿Suficiente? Quizás no lo era. Quizás este sea mi final. Sola.
                                                                                                                  Inma*


7 comentarios:

  1. ALUCINANTE!
    Me encanta, me encanta la forma en la que escribes y como lo expresas todo.
    Como expresas el dolor que siente por la perdida de él, lo sola que va a estar a partir de este momento y lo decepcionada que se siente por todo lo ocurrido.
    Lo débil que es en este momento y la verdad tienes frases que me dejan sin palabras.
    Siento mucho que no ganaras ya que este texto es fabuloso (como todo lo que escribes)
    Saludos Inma ^^

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  2. Un grandisimo texto, la verdad :)
    Es normal que momentos como estos, ensalzemos el individualismo y creamos que estamos solos en el mundo y nada merece la pena, ya que la persona que mas queriamos nos ha hecho un daño atroz, pero hay uqe recordardar que todo pasa, que nunca aunque queramos estamos solos y que la vida merece la pena vivirla...

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  3. Es un texto muy bonito, aunque triste. Describes muy bien los sentimientos que torturan a la protagonista. El dolor de la pérdida y la amargura de la traición.

    Un beso :)

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  4. Quizas no hayas ganado mi concurso, pero me costo un monton poner a los ganadores. Tdos tenian algo que me gustaba y no me podia decidir.
    Te digo la verdad: este texto realmente me gustó, escribes muy bien y tienes talento. La forma de escribir la soledad parece tan real, como si en cualquier momento podriamos sentirla. Hay a veces que la gente no sabe como describir los sentimientos, y tu NO eres una de ellas.
    Besos!

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  5. ¿Por donde andas? Se echan mucho de menos tus entradas :(

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  6. Siento mucho lo de twitter. La verdad que no veo los mensajes privados que me ponen ahí, pero ya te he contestado.
    Muchas gracias por interesarte y estoy deseando leer tu nueva entrada. De verdad, eres fantástica escribiendo y me veo capaz de decir que tu blog es mi favorito ^^
    ¡¡Muchos saludos Inma!!

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  7. Me encanto y me senti identificada de alguna manera con tu texto, ojala corriendo todo se fuera de la mente! y mas si es un amor no correspondido...

    *Besos

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