martes, 13 de septiembre de 2011

I can't forget you

Finalmente me independicé. Compré una casa cerca del mar, con balcón en el dormitorio principal, como tú querías. Desde allí se ve el puerto. Es hermoso asomarse por él al atardecer y ver llegar los barcos. Muchas veces me quedo dormido allí, con el sonido del oleaje que me duerme como si de una nana se tratase, arropado por la luz del faro que me aparta de la oscuridad. Los primeros rayos de sol me despiertan temprano, suavemente. Me recuerdan a ti, desprendiendo ese tibio calor tan agradable. Sin duda, ese es el mejor lugar de la casa, el más cercano a la libertad. No hay ningún límite visible, la vista llega tan lejos como es posible. Sin embargo, el interior de la casa me agobia. Sus paredes me oprimen, las habitaciones parecen empequeñecerse a mi paso. Ahí no hay luz. Todo es oscuro sin ti. Oscuro y gris, igual que ese día 15. Sé que tu casa debe ser mucho más bonita, por el simple hecho de que tú estás allí. Tú le das el color, la luz, la vida, la conviertes en un hogar. Y yo... yo no puedo más que envidiar a quien te tenga desde este balcón, soñando que soy yo el que ahora mismo te abraza ahí abajo, mientras observáis cómo atracan los barcos, disfrutando de la misma vista que yo. 
                                                                                                              Inma*


3 comentarios:

  1. que triste pero que lindo a la ves, la forma en que describes el lugar casi pude sentir ese sentimiento de soledad de solo pensar que estoy allí observando desde ese balcón al mar. Me gusta como escribes enserio!!

    Saluditos!!

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  2. Que bonito es este texto Inma.
    Hay lugares mágicos en el mundo con vistas preciosas, pero la verdad que todo es mejor si está esa persona.
    Muchos saludos ^^

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  3. que emotivo y duro la situacion que describes ju!

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